Noche sin estrellas

Caminaba tras ella sin perderla de vista ni un segundo, aunque con la precaución de que no recibiera ni una sola señal de que alguien la acechaba.

Tras varias semanas de contención aquella noche no había podido evitar lanzarse de nuevo a la oscuridad de la noche en busca de nuevas emociones. O como decía la mayoría de la gente, en busca de nuevas víctimas. Pero él no era como el resto, no creía que ellas fuesen víctimas, si no por qué iban provocando con aquellos andares, aquellos vestidos que hacían volar la imaginación, aquel aroma que le embriagaba y nublaba la mente.

Fue reduciendo la distancia poco a poco, con cautela, pero sin perder el tiempo.

Un paso, otro paso, otro más... estaba tan cerca que con una pequeña carrera habría podido alcanzarla. Pero no era el momento, todavía no. Esperaría a llegar a aquella calle de la farola rota y entonces...

Disfrutaba cada instante previo casi tanto como lo que venía después, la adrenalina que hacía acto de presencia en su ser era lo que le daba la vida.

Continuará.