Ratoncito Pérez

Un ruido fuerte que no sé identificar me despierta de golpe. Me levanto de la cama y me llevo la mano a la boca al sentir una extrañísima sensación. Uno tras otro, todos los dientes de mi mandíbula superior van cayendo en la palma de mi mano. Histérica, voy corriendo al salón, donde se encuentra mi familia al completo, incluso mi abuela, que no sé que hace aquí (está muerta, alguien debería decírselo).

Busco a mi madre para contarle lo que me ha sucedido, pero no me escucha, está hablando con dos de mis tías. Por fin consigo que me preste atención y le muestro mis dientes pero, para mi sorpresa, su respuesta es: "¿Y por esto me interrumpes?".

En ese momento todo se vuelve difuso. Y me despierto.

Lo primero que me viene a la cabeza es esa advertencia tan manida de "si sueñas que se te caen los dientes, estás prediciendo una muerte". Pero la descarto, porque yo misma se lo dije a una amiga una vez y todavía no ha tenido que encargar ninguna corona de flores, de esas que llevan una banda que juran al interfecto que fulanita no le olvida.

Después he decidido hablarlo con mister Google, que lo sabe todo. Y no se le ocurre otra cosa que decir que me encuentro en una situación de confusión e incertidumbre.

Qué sabrá él.

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