Amnesia

Primer día de vacaciones. Llegamos a nuestra ciudad de destino, junto al mar, a la hora de comer.

Nos registramos en el hotel, comemos, vamos a la playa, paseamos y volvemos al hotel pertrechadas con algo para cenar, algunas cervezas y una botella de ron. El plan es pasar una noche tranquila, ya que hemos madrugado. Mucho.

Segundo día de vacaciones. Me despierto en una cama que me es desconocida hasta que recuerdo dónde estoy. En la cama de al lado está mi prima, durmiendo o en coma profundo, no estoy segura. Estiro el brazo hasta poder tocarla para despertarla. Cuando lo consigo, no sin cierta dificultad, hago la pregunta del millón:

-"¿Qué hicimos anoche?".

Conseguimos hilar los retales que nos bailan en la, dolorida y despeinada, cabeza:

Después de cenar atacamos la botella de ron hasta que vestirnos, maquillarnos y salir de fiesta nos pareció una idea estupenda, ya que aunque llevábamos casi 24 horas despiertas no estábamos tan cansadas.

Salimos a la calle y nos metimos en el primer bar que vimos, algo fácil teniendo en cuenta dónde estaba situado el hotel, en el centro neurálgico de borrachera y actividades similares. Haciendo caso omiso de los precios de los cócteles ("Bah, estamos de vacaciones") nos propusimos probarlos todos. Cogimos la carta y pedimos los dos primeros (mojito y daiquiri, poco original). Después, los dos segundos (tequila sunrise y sex on the beach, más de lo mismo).

En este punto, nos quedamos las dos mirando al techo, en nuestras respectivas camas, con una pregunta en el aire: "¿Y después?".

Llegamos a la conclusión de que seguimos bebiendo y después nos volvimos a casa, con lo que damos el tema por zanjado y nos levantamos para desayunar zumo, café, tostadas y un bocadillo de ibuprofeno.

Dicho y hecho. Con el estómago y la cabeza algo más asentados nos disponemos a ir a la playa.

Cojo mi monedero del bolso para comprobar si me queda algo de efectivo después de la orgía de cócteles. Alucinando por lo que hay dentro, miro a mi prima.

-"¿Te suena haber estado en una discoteca anoche?"

-"¿Anoche? No... ¿no?"

-"Pues tú no sé, pero yo, por lo visto, soy vip de esta".

Le tiendo la tarjeta de miembro vip, con mi nombre impreso, de una discoteca que está por la zona del hotel.

-"Hostia. Voy a mirar mi cartera"

Y como no podía ser menos, ella tenía otra con su nombre.

Después de flipar durante un rato, decidimos ir esa misma noche a la discoteca, a ver si descubrimos algo más.

(Continuará)

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