Buenaventura

-Veo un hombre rubio, alto, vive en el extranjero pero es de aquí, va y viene con cierta frecuencia. Es posible que ya le conozcas, aunque apenas hayas hablado con él. Dentro de más o menos un año comenzareis una relación. Él será el hombre de tu vida.

-¿Y hasta entonces?

-¿Qué quieres decir?

-¿Qué va a pasar hasta que aparezca? ¿No va a haber nadie más?

-Sí, es posible que conozcas a otras personas con las que ocurra algo, pero ninguna trascenderá.

-Ahá... ¿Y cómo distinguiré al rubio que dice usted?

-Simplemente sabrás que es él.

-Claro, claro, comprendo... ¿Y si no aparece? ¿Y si ya tiene novia? ¿Y si no me cae bien? ¿Ese es el único hombre de mi vida?

-Él aparecerá, está escrito, pero de tí depende aprovechar esa oportunidad.


Con esta y otras tantas reflexiones me marcho de la consulta de la adivina que me ha recomendado una buena amiga. Más que en lo que me ha dicho, pienso en si me apetece creérmelo o no. En ese aspecto soy muy voluble. Es como con el horóscopo, generalmente leo las predicciones para mi signo en tres o cuatro publicaciones diferentes, para quedarme con la que me resulte más conveniente en ese momento. Puede que no sera el método más ortodoxo, pero a mí me funciona.

Con esto me pasa algo parecido. Obviamente no voy a buscar otra adivina para contrastar opiniones, pero voy cribando sus predicciones en mi cabeza, quedándome con las que más me apetece creerme, y deshechando las que no me gustan. Por ejemplo, me quedo con el "conseguirás trabajo de lo tuyo", y descarto el "tendrán que operar a tu madre de gravedad dentro de unos meses".

En cuanto a los reencuentros de los que hablé en mi anterior post no ha sabido esclarecerme nada, simplemente me ha dicho que son cosas que pasan. Y no he conseguido sacarla de ahí.

Un poco más tarde me he ido de cañas con una amiga, y me he dado cuenta de dos cosas.

La primera, que por el precio de una cerveza puedo recibir un mejor asesoramiento que el que pueda darme cualquier bruja con consulta en el centro.

Y la segunda, que no me van los rubios, así que esa señora ya puede decir misa.

2 comentarios:

  1. Sinceramente, creo que la adivinación es un camelo. Y si en algo aciertan estos adivinos es porque previamente han sugestionado a otra persona con sus pronósticos.


    besos

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  2. Me gustó mucho tu entrada, pero espero que no te cobrara mucho la vidente. Cuidado con los rubios, ojo!! Bs

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