The Best



El día pasa muy rápido. Peluquería, maquillaje, vestido, fotos, lágrimas, una misa muy larga, lágrimas, más fotos, besos, fotos, comida, bebida, fotos, más comida, más bebida, más fotos. Todo el mundo coincide en que es una boda preciosa, y yo estoy de acuerdo, aunque mi vestido pese como un demonio y mis pies estén pidiendo clemencia por culpa de los tacones de doce centímetros.

En mi mesa hay buen rollo, estamos los de siempre, los amigos de toda la vida. Mucho jaleo, muchas risas. Mi hermana, en su línea, ha sentado frente a mí a los dos únicos chicos solteros e interesantes que hay en todo el salón, debe ser una indirecta. De cuando en cuando la charla se detiene para atender a algún acontecimiento, como cuando los novios regalan flores a los padres y cuando dan parejas de novios de plástico a quienes serán los siguientes en pasar por el aro. Música, aplausos, lágrimas, fotos.

En un momento dado, cuando estoy a punto de probar el postre, escucho los primeros acordes de Simply the Best, de Tina Turner. Busco a mi hermana y a su ya marido con la mirada para ver a quién le toca ahora ser sorprendido. Vienen hacia mi mesa y me fijo en que no llevan nada, excepto mi hermana, que trae su ramo de novia, y me pregunto a quién se lo van a dar.

Ella me tiende la mano para que me levante. Me pongo en pie, y en el preciso momento en que Tina dice You're simply the best, me da el ramo que habíamos elegido entre las dos, hecho exclusivamente de rosas blancas, y el cual me había dicho que no iba a dar a nadie.

Tina sigue cantando (better than all the rest, better than anyone, anyone I've ever met) mientras nos abrazamos entre (sí, lo confieso) lágrimas. Cuando vuelvo a levantar la vista veo que todo el mundo se ha congregado a nuestro alrededor, nos enfocan por lo menos veinte cámaras. Abrazo también a mi cuñado, brevemente, para volver a abrazar de nuevo a mi hermana.

Horas después, la barra libre ha hecho estragos, todo el mundo está borracho y varias personas ya han sufrido algún que otro traspiés. Mientras espero en la barra a que me sirvan el enésimo trago, pienso que, definitivamente, estas celebraciones siguen sin ser de mi gusto y que nunca se me ocurriría organizar una de estas.

Pero, aún así, he de reconocer que ha sido una boda preciosa.

2 comentarios:

  1. Zas, te caló el momento.
    Lógico. Demasiado implicada como para escapar al "hechizo".

    Estoy pensando en la cantidad de películas que explotan el tema. ¿A que sí? ^^

    Me alegra que lo pasaras tan bien.

    muacks!

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  2. Hermana y amiga, qué más le puedes pedir a esa boda. Besos.

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