Visita sorpresa

Los nueve días que he de pasar en casa de mis padres se me hacen eternos. No es que todos los días me parezcan iguales, es que sencillamente lo son. De casa a la tienda y de la tienda a casa, sola durante el noventa por cierto del tiempo.

Además, le echo de menos. Hablamos por teléfono cada noche y nos contamos lo que hemos hecho durante el día, aunque en mi caso haya poco que contar y mi ánimo esté por los suelos.

El martes por la mañana el panorama pinta exactamente igual. En la tienda las horas pasan insoportablemente lentas, al ritmo de una veintena de relojes que hacen tic tac a destiempo. Sentada en la que me parece la silla más incómoda del mundo, leo un rato, navego por internet desde mi móvil, vuelvo a leer. Cuando entra algún cliente saco mi mejor sonrisa profesional, doy los buenos días y permanezco de pie pacientemente hasta que, o bien decide hacer una compra, o bien se va tal y como ha venido.

La puerta se abre una vez más, dejo el libro a un lado y levanto la vista para saludar. Pero no es un cliente, es él. Al verle me quedo parada, es la última persona que esperaba ver aparecer por esa puerta. Incluso me cuesta ubicarle, como las primeras veces que quedábamos, cuando se me hacía raro que no estuviésemos separados por la barra del bar.

Cuando le beso me tiembla todo el cuerpo, de pura incredulidad. Le abrazo y no le suelto, para asegurarme de que no es un espejismo fruto de mi aburrimiento. Pero es real.

Sólo podemos estar juntos unas pocas horas, pero me conformo. En estas circunstancias me habría bastado con diez minutos, lo suficiente para recargar un poco la batería para poder aguantar hasta el día de volver a casa.

6 comentarios:

  1. En un mundo tan plural es injusto aburrirse.
    Podías haber escrito un libro, y sales con éste post acerca de tu aburrimiento.
    Como me dijeron una vez en un empleo,---Quéjate todo lo que quieras, que a nadie le importa de forma alguna.

    ResponderEliminar
  2. Todos los días son iguales, pero en algunos de ellos, como este, uno puede leer algo tan bueno, tan intenso, como lo que escribiste, que lo hace parecer todo diferente. Un saludo!

    ResponderEliminar
  3. Lucen iguales, pero siempre hay algo que los distingue, la sorpresa de saber que te feo, como la sorpresa de encontrar a quienes por circunstancias desconocidas van y vienen como el oleaje del mar.

    Vibro por lo que escribes, eso ya hace un día diferente, eso es lo que ahora importa

    ResponderEliminar
  4. Tía, antes hacías otras cosa mucho mejores, it,s boring miss, bsss

    ResponderEliminar
  5. Y así, un martes que apuntaba a normal se convierte en un martes excepcional.
    Así de sencillo.

    :)
    besos

    ResponderEliminar
  6. No es aburrido señorita, a mi me gusta como escribes, me parece muy especial. No hagas caso de ningún gilipollas que diga lo contrario.
    Saludos.

    ResponderEliminar

 
Tinta Invisible Blog Design by Ipietoon