Llorar

Cuando nací, pasé cuatro días seguidos llorando. Mis padres estaban desesperados, no sabían qué hacer conmigo.

Según fui creciendo me relajé un poco, pero esa tendencia se mantuvo. Era una niña de sensibilidad extrema y cualquier cosa, desde una riña de mi madre hasta un pequeño reproche de la maestra, me hacía romper en lágrimas.

Mis padres seguían desesperándose, andando con pies de plomo para no hacerme llorar y probando todos los métodos para que dejase de hacerlo una vez que empezaba, que no solían funcionar. No era una niña fácil. Pero mi abuela paterna era capaz de comprenderme y solía decirles:

Dejadla llorar. Si llora es porque lo necesita.

A día de hoy, la cosa sigue igual. Obviamente el hecho de ser una mujer adulta, o algo parecido, hace que no rompa a llorar en lugares inoportunos o ante personas que no tienen por qué verme hacerlo. Pero cuando estoy realmente jodida puedo pasar horas llorando, incluso la noche entera. Y de poco sirven el consuelo, las palabras de ánimo o las gracietas que me hagan para tratar de animarme. Lloro porque lo necesito y paro cuando estoy lista para parar.

Este proceso me resulta balsámico. Dejo salir todas mis emociones en forma de un millar de lágrimas y, cuando ya no queda más por sacar, me invade la paz y resurjo como un fénix.

No obstante, la otra noche me dijeron algo, una gran verdad.

Está bien que llores si lo necesitas, pero una vez. Si te cuento un chiste sólo te reirás la primera vez que te lo cuente, ¿no? Pues con esto igual.

Y sí, tengo que pulir eso. He llorado océanos enteros por el mismo motivo, ya es suficiente.


2 comentarios:

  1. Buena decisión asumir tu responsabilidad como adulta y dejar de ser una codependiente y niña mimada exigente de que todo gire a su alrededor. Casos communes y patéticos que solo traen sufrimiento como el expresado aquí por ti misma. La vida es un turno único en el cual te inventas a tu gusto y manera la existencia y solo a ti te toca resolver tu estilo de ser feliz a menos que te guste el masoquismo y el hacer de todo un drama, lo cual no beneficia a nadie a menos que seas actriz profesional. Renacerás en tu desarrollo a partir de aceptar la culpa de todo lo que veas mal con tu vida y tomar tu decisión de arreglarlo. De lo contrario permaneces como una co dependiente y ser así suprime toda libertad y desarrollo personal. Yo me largué de casa cuando adolescente y mis padres me volvieron a ver por televisión. Quizás a ti no te funcione lo mismo, pero ten sensatez en lo que hagas. Espabílate. Ya estás grandecita. Y no fumes, que la salud es el mayor tesoro.

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  2. Me has inspirado ternura. Mucha.

    (por cierto, yo me sigo riendo de algunos chistes que me hicieron reír en su momento, sigo alucinando con el final de algunas películas que ya he visto y también sigo vibrando con la lectura de algunos libros que ya he leído... que nadie te diga cómo, qué ni con qué intensidad tienes que sentir las cosas que te pasan)

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