Burlando al domingo

Domingo por la noche. He dejado pasar la tarde lenta y perezosamente entre películas y juegos online (tengo que controlar ese vicio o podría acabar de vicepresidencia del Congreso) y ya estoy aburrida. Es pronto, ni siquiera son las once, pero me planteo irme a la cama.

Cuando ya estoy cepillándome los dientes, suena el teléfono, el único grupo de whatsapp que no tengo en silencio. Sólo lo formamos tres personas, una amiga, un amigo y yo.

Ella propone salir a tomar algo, se le cae la casa encima y no tiene sueño. A los pocos segundos, él apoya la moción. Y a mí me falta tiempo para quitarme el pijama y vestirme. Así las cosas, veinte minutos después estamos en uno de nuestros bares habituales, cervezas en mano, sonriendo aliviados por haber escapado a una noche de domingo solos.

Charlamos, nos reímos y nos contamos nuestros respectivos fines de semana. Por un momento parece que la historia de mi no accidente de coche va a ganar el premio a la anécdota del día, pero al final mi amiga se lleva la palma al contarnos que el sábado conoció a un tío que le gusta. El enésimo, pero la esperanza es lo último que se pierde.

Tres horas y cuatro cervezas después, comprendemos que nuestros despertadores están esperando para sonar dentro de sólo cinco horas, así que replegamos las velas y nos retiramos.

Y vuelvo a casa sonriente, satisfecha por haber burlado al domingo y, como hago mucho últimamente, preguntándome si es una historia digna de contar aquí. Y sí, lo es. Tal vez no sea lo suficientemente épica, ni lo suficientemente nada, sólo ha sido una noche de cañas entre amigos, pero me ha sentado tan bien, me ha dado tantas fuerzas para enfrentar los días que vienen y me ha hecho comprender tantas cosas, que tenía que hacerlo.

¿Que qué me ha hecho comprender? Bueno, tal vez el hecho de que no estoy tan sola como creía. Que no tengo por qué quedarme en casa un domingo por la noche si no quiero, es más, que no debería hacerlo. Que ser feliz no pasa por que una persona en particular encuentre un momento en su vida, una vez agotadas todas sus otras opciones, para escribirme y dedicarme un rato, sino que tengo otras opciones que prefiero aprovechar.

Y, hoy, a la mañana siguiente, también comprendo por encima de todo, que no debería dormir menos de cinco horas, me muero de sueño.

Feliz lunes.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Tinta Invisible Blog Design by Ipietoon