Diez minutos

De las nueve personas con las que cada mañana tomo un café entre clases, sólo dos somos fumadoras. Debido a esto, pasamos juntas y solas diez minutos, de la media hora que tenemos, en la puerta del bar (o en la terraza, ahora que por fin empieza a hacer buen tiempo).

Estos diez minutos a diario durante dos años han provocado que entre nosotras haya un vínculo especial, que tal vez en otras circunstancias no se habría producido. No somos grandes amigas, no nos llamamos ni quedamos fuera de clase, ni somos la persona a la que recurrimos cuando queremos contar alguna novedad. Y, con todo, aunque solemos hablar de las clases, los exámenes y los profesores, de vez en cuando tenemos muy buenas charlas, e incluso confidencias.

Hoy hace sol. Salimos, cigarro y café en mano, hacia la terraza del bar, mientras nuestros compañeros se quedan dentro, nos sentamos, me da fuego y dispara a bocajarro (esta es otra de las particularidades de nuestras charlas, en diez minutos no hay tiempo para prolegómenos).

-Estas a vueltas con los amores, ¿verdad? Hace días que te lo veo en la cara.

Le sonrío, sopesando la respuesta. Confío en ella. Es una de esas personas con las que no es difícil hablar, de mente abierta y dispuesta a escuchar sin juzgar.

-Pues sí, hace tiempo ya.
-¿Pero estás bien?
-No, estoy hecha polvo.
-Es que a ratos tienes una sonrisa de que no puedes estar más enamorada, y al momento cambia y parece que te han pegado un tiro.

Y no puedo evitar reirme, yo no lo habría dicho mejor.

-Sí, más o menos... Es eso.
-¿Pero estáis juntos? ¿O habéis tenido algo?
-Estuvimos saliendo hace tiempo y fue muy complicado, todavía dura.  La verdad es que no sé muy bien todavía cómo... gestionarlo.

Y no hace falta que le explique más, por su mirada sé que me comprende. Tal vez haya pasado por lo mismo, no tengo ni idea. Aunque, para ser franca, es el tipo de mujer a la que jamás te imaginarías en una situación como la mía. Es fuerte, independiente y segura de sí misma, una Wonder Woman sin lazo ni tiara.

-Se te pasará.

Me sonríe, le sonrío y volvemos adentro.

Y, por supuesto, tiene razón, se me pasará. Algún día.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Tinta Invisible Blog Design by Ipietoon