Fin de ciclo

Termina un ciclo, ahora sí. Acudimos a clase por la mañana, arrastrando nuestras respectivas resacas de la noche anterior, para recoger el boletín con las notas finales. Tras una pequeña charla por parte de la tutora, salimos. El grupo se disgrega ya en la puerta, todo son besos y buenos deseos y poco a poco mis compañeros van desapareciendo.

Sin embargo, unos pocos nos quedamos allí, remoloneando. No queremos marcharnos todavía y, sin que haga falta decir nada, cruzamos la acera y nos sentamos en una de las mesas de la terraza del bar. Allí empiezan a surgir las anécdotas atesoradas durante estos dos años, así como nuestra incertidumbre respecto al futuro. Incluso bromeamos con matricularnos todos juntos en otro grado al año siguiente.

Así pasamos el rato hasta que, inevitablemente, llega el momento de marchar, cada uno en su propia dirección. Apretones de manos, besos en las mejillas. Rubén me mira, sólo quedamos nosotros por despedirnos, dos de los integrantes de lo que ha sido un trío inseparable durante todo este tiempo. Nos abrazamos como si no fuéramos a volver a vernos, aunque sabemos que de ninguna manera vamos a perdernos de vista. 

Vuelvo a casa, con el corazón encogido. Va a ser muy extraño no verles cada día, no tomarnos juntos el café en el bar donde cada mañana el camarero nos reservaba la mesa, no crisparnos los unos a los otros antes de los exámenes, ni tranquilizarnos después.

Pero en el fondo estoy feliz, me llevo mucho de esta experiencia y estoy preparada para dar un paso más. Veremos qué nos depara este nuevo ciclo.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Tinta Invisible Blog Design by Ipietoon