Furia

Todos pasamos por etapas de inapetencia sexual o, por lo contrario, de auténtica euforia. Las causas, tanto para lo uno como lo otro, son muchas: hormonas, estado de ánimo, incluso el tiempo que hace puede influir.

Hasta hace no mucho, viví unos meses de total desapego hacia el sexo, no me apetecía tenerlo, ni sola ni acompañada. Y lo cierto es que vivía muy tranquila. Al menos más tranquila de lo que vivo ahora, desde que el fuego del dragón me hiciese arder en llamas.

Y no, no ando a la caza de hombres que me satisfagan, ni quiero hacerlo, ni lo necesito, me basto y me sobro para hacerme el amor. O para follarme, depende del día. 

Lo que sí estoy desarrollando es una imaginación y fantasía que harían ruborizar a cualquier rudo camionero, supongo que porque no acaba de satisfacerme el mero acto mecánico del onanismo. Como buena escorpio, necesito algo más y como buena y complaciente amante, me lo concedo.

No entraré a detallar mis encuentros conmigo misma, llevo ya un rato preguntándome si estoy siendo demasiado explícita o vulgar y en algún punto hay que trazar la línea. 

No obstante añadiré que, pese a lo mucho que disfruto (mis vecinos de arriba y abajo podrían dar fe de ello), espero que esta furia candente remita pronto. Estoy agotada.

2 comentarios:

  1. No hay nada más poderoso que la mente. Todos tenemos etapas de abstinencia sexual o voluntarias o queridas. Bueno, más bien obligadas: todo eso se quita con afrodisíacos.

    ResponderEliminar
  2. En materia sexual, cada uno tiene su manera de matar las pulgas. Un abrazo. carlos

    ResponderEliminar

 
Tinta Invisible Blog Design by Ipietoon