La canción

Todos tenemos alguna canción que siempre consigue arreglar nuestro estado de ánimo, o al menos yo sí la tengo. Y, además, la mía tiene su propia historia.

Corrían los años 90 cuando irrumpió en el mercado musical un grupo prefabricado, diseñado especialmente, y con éxito, para triunfar entre adolescentes y preadolescentes: las Spice Girls.

Por aquel entonces yo debía tener unos nueve años y, por supuesto, caí en sus redes. Me sabía de memoria todas y cada una de sus canciones, tenía las biografías del grupo (la oficial y la no oficial), la habitación empapelada con posters suyos e incluso ropa con su nombre estampado. Y no sólo eso, pasaba las tardes imitándolas, junto con cuatro amigas, repasando sus vídeos una y otra vez para aprender cada movimiento y cada gesto, memorizando sus vestidos y reproduciendo sus coreografías. Yo era Victoria.

La fiebre pasó tan deprisa como vino y de ahí en adelante comencé a depurar mi gusto musical. No obstante, hace un par de años descubrí que escuchar uno de sus temas en particular, su gran hit, me levantaba el ánimo de forma inmediata. Desde entonces procuro no explotarlo demasiado, creo que es porque quiero evitar que se desgasten los poderes mágicos que esa canción tiene sobre mí.

Y, bueno, teniendo en cuenta que hoy está siendo un auténtico día de mierda, creo que me lo he ganado.



He de añadir algo, después de haber visto el videoclip. ¿Por qué demonios nos gustaba este grupo? Misterios de la vida.


0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Tinta Invisible Blog Design by Ipietoon